Por Jesús Cova
Prensa/AMB/Jabeando/19-07-2024.- En realidad no hay ningún motivo en particular para una segunda publicación de esta nota, escrita hace ya un lustro y que apareció por primera vez en esta misma página web de la AMB (WBA por sus siglas en inglés), la decana de las entidades rectoras del boxeo.
La justifica únicamente la casual circunstancia de que hace unos pocos días, en tertulia entre amigos, alguien nos sugirió que escribiéramos “algo acerca de “Mantequilla”, uno de los mejores boxeadores latinoamericanos de la historia, diríamos que entre los 5 mejores de nuestra región”, fueron sus palabras, unas más, otras menos. Le hablamos de este viejo artículo y le prometimos complacerlo. Aquí está de nuevo, en esta oportunidad bastante ampliado y con el añadido de numerosos nuevos detalles:
Sumido en la más lastimosa e insondable pobreza, aquejado de diversos males (Diabetes, demencia senil y desnutrición), el 16 de agosto de 2019 el peleador cubano-mexicano José Ángel Nápoles, una leyenda del boxeo mejor conocido como “Mantequilla”, libró su último combate y lo perdió en Ciudad de México, víctima de un infarto a los 79 años de edad y con su gloria deportiva intacta.
Quien fue campeón mundial welter de la Asociación Mundial de Boxeo y del Consejo Mundial, ha sido catalogado como uno de los más grandes monarcas de las 147 libras y del boxeo en general, a tal punto que la prestigiosa revista The Ring lo ubicó en 2007 en el puesto 32º entre los 100 mejores peleadores en los anales de la disciplina.
EL ADIÓS A CUBA EN RUTA A LA FAMA
Nacido en Santiago de Cuba el 13/4/40, JAN se nacionalizó mexicano poco después de dejar su país a inicios de los ’60 a raíz de la prohibición del profesionalismo por el gobierno revolucionario de Fidel Castro en 1959. Para el momento de la despedida de su tierra natal, a la que nunca más regresó, sumaba 18 peleas con 17 victorias, una derrota a los puntos y 6 nocauts propinados. Ya despuntaba como prospecto en una generación de grandes púgiles cubanos entre quienes figuraban Luis Manuel Rodríguez (Fue campeón mundial mediano), Douglas Vaillant, Ángel “Robinson· García, Florentino Fernández, entre otros. El apodo con el que se le se conoció le vino por su felino desplazamiento en el ring, huidizo, sin dejar de atacar, de pasar y bloquear golpes y con manos explosivas.
Se estrenó en su país contra Julio Rojas en agosto del 58 (Ganó por KO1) y sumó su primer revés frente a Hilton Smith en su octava actuación. Viajó a México con palmarés de 17-1-0, como apuntamos, en la división ligera y el 21 de julio del ’62 guiado por el periodista Cuco Conde, su paisano, debutó en Ciudad de México contra Enrique Camarena, a quien liquidó en dos.
Sumaba más de 30 triunfos cuando en su primera excursión fuera de Ciudad de México viajó a Venezuela para enfrentar en Caracas al estadounidense L.C. Morgan el 30/11/63, y lo liquidó en 7 asaltos. Siete meses más tarde, el 22 de junio del 64, combatió en el Nuevo Circo de la capital venezolana con el ídolo local, el recio pegador Carlos “Morocho” Hernández, más tarde el primer boxeador venezolano en ganar una faja mundial, la del peso welter junior.
Nápoles, de 24 años y Hernández, dos años menor, mostraban récords semejantes de 34-3-0, 17 nocauts y 34-3-3, 22 KO, respectivamente, lo que vaticinaba una batalla a muerte, como en efecto pasó. En el cuarto round el de la casa tumbó a Nápoles con un 1-2 de derecha e izquierda por 8 segundos, pero el “Mantecas” se recuperó prontamente y en la vuelta 7 acorraló en las sogas a Hernández y lo castigó a mansalva. La intervención del réferi Críspulo Salazar detuvo la masacre con un “Morocho” aturdido, tambaleante e indefenso, aunque de pie.
Poco tiempo más tarde, ya cotizado mundialmente en México y el Caribe entre los livianos “Mantequilla” tejió una larga cadena de victorias (perdió decisiones ante los mexicanos Tony Pérez y Alfredo “Canelo” Urbina y por KO4 con el estadounidense L.C. Morgan. Se desquitó de este en la revancha en dos rounds), obtuvo su primera oportunidad titular el 18 de abril del ’75 en el Fórum de Inglewood, California, contra Curtis Cokes, campeón AMB y CMB, y luego de una intensa batalla acabó con él en el round 13. Dos meses más tarde lo batió de nuevo en 10. Siguió con defensas exitosas vs Emile Griffith y Ernie López, pero Billy Backus (sobrino del famoso Carmen Basilio) le quitó las fajas en diciembre del 70 en 4 capítulos. Vino la revancha medio año después y Nápoles venció en 8 rounds.
BATALLA DESIGUAL CON MONZÓN
Añadió triunfos consecutivos sobre Hedgemon Lewis, Ralph Charles (en 7), Adolph Pruitt (en 2), Ernie López (7), Róger Menetrey, Clide Gray, Lewis de nuevo (en 9), el argentino Horacio Saldaño (3) y el azteca Armando Muñiz (2 veces por puntos) En total, 15 exposiciones, con 8 Kos a su favor.
En el medio de esas peleas tuvo lugar en París (9/02/74, hace ya medio siglo) su enfrentamiento con el mítico rey mediano Carlos Monzón en un duelo desigual pues todas les ventajas estaban de lado del sureño (Quien en el pesaje final dio 72,574Kg, contra 69, 400), pegada y alcance de brazos. Paradójicamente por el resultado en contra, fue el combate de JAN más divulgado y recordado por los aficionados del mundo pues se midieron dos leyendas. El poderoso púgil argentino se alzó con el triunfo en siete asaltos, pero Nápoles nunca desmereció. Incluso luego acusó a Monzón de haberle metido el pulgar del guante en un ojo. El acusado, por supuesto, negó lo dicho por su vencido rival.
El 8/1/95, esto es 11 años después de aquella pelea, el más grande peleador argentino de la historia murió al estrellarse en su auto cuando regresaba al penal de su nativa Santa Fe en el que purgaba condena de 11 años por la muerte violenta de su esposa, Alicia Muñiz.
El “Mantecas”, como le llamó la prensa mexicana, hizo 4 peleas más después de Monzón (Lewis, Saldaño y las 2 con Muñiz) y el`6 de diciembre de 1975 expuso las 2 coronas frente al británico John Stracey en la plaza de toros La Monumental de Ciudad de México. El viejo y cansado guerrero de 35 años, con 17 de actividad constante, bajó las armas a los 2´30” del sexto capítulo. Nunca más volvió a pelear. Atrás dejó una marca de 81 peleas ganadas (Algunas publicaciones dicen que 77), 54 por KO y apenas 7 derrotas, solo 4 antes del límite, sin empates. En 1982 fue exaltado al Salón de la Fama del Boxeo y en 1990 al Salón Internacional de Canastota, NY.
Luego del retiro se dedicó a la bohemia, a los juegos de azar e incluso actuó en el cine al lado del ídolo azteca de lucha libre, El Santo. El dinero ganado con los guantes se esfumó prontamente y terminó en la total miseria, sobreviviendo con ayudas ocasionales. Hace ya casi cinco años se marchó a la eternidad ligero de equipaje, diría el poeta, sin un centavo en las alforjas y viviendo de inquilino en Ciudad Juárez, aunque millonario en gloria. Fue, en verdad, un grande entre grandes.