Ya no eres mi dulce de coco… / Ismael Barroso ¿Llegando a sus días finales en el boxeo?  / La juventud del afronipón lo sorprendió  

Por Félix Bizot
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Prensa/Jabeando/04-09-2024.- La verdad inobjetable es que el tiempo pocas veces tiene compasión de las personas. Y cuando han pasado ya cuatro décadas en la carrera de un boxeador, eso suele ser demasiado tiempo, aunque se han dado algunos pocos casos excepcionales como el de Archie Moore quien se retiró casi a sus cincuenta años, no sin antes haber sido noqueado por Rocky Marciano, Floyd Patterson y Cassius Clay. Sin embargo, hoy este redactor se atreve a comentar la última presentación de nuestro “Tigre” Barroso, “campeón regular” ¿O interino?  de la AMB. En esta confrontación se vio cara a cara con un joven que, exagerando un poco, casi podría ser su hijo. Un púgil con una mezcla algo extraña de razas, pues se trata de un japonés, que suelen ser amarillos, pero este hombre tiene aspecto africano; así que este peleador es uno de esos raros casos donde su madre es japonesa mientras su padre es de Ghana. Así que Andy ¡Salió café con leche!

Ismael Barroso (40) Varios cm. más bajo que Andy Hiraoka (28)

A este peleador, quien es campeón de Asia y el Pacífico, nunca lo han derrotado en 24 peleas y ha noqueado a 19 adversarios. Eso le da una ración de KO del 79 %. Lo llaman “la hoja”, debe ser porque corta a sus oponentes.

ZURDO CONTRA ZURDO

Una de las claves a descifrar en una pelea de boxeo es cuando se enfrenta a un peleador zurdo, porque no son abundantes. Pero si se trata de dos zurdos, ¡Es todavía más confuso! Ahora, este tipo, mitad japonés, mitad africano, zurdo bueno (Boxeador técnico y de calidad) que además pega duro, encima de todo eso es 12 años más joven y posee unos cuantos centímetros más de alcance y estatura. Como se puede apreciar en esta tabla comparativa no era de ninguna manera aconsejable una pelea con este tipo. Si estuviéramos en la calle no se debería casar esta pelea.

Este redactor es enemigo de usar calificativos, pero la verdad, pocas veces se ve a un boxeador tan inerme como este Barroso que enfrentó a Hiraoka en la Ariake Arena, parecía incapaz de tocar al asiático mientras cogía un alto porcentaje de jabs que a cada rato le estremecían la cara. Todos sabemos que Barroso impone respeto por su pegada… A decir del periodista especializado Rohit Lohan “Barroso ha ganado el respeto de cada espectador gracias a su aguerrido estilo y el corazón que le pone a cada compromiso…” En efecto, el nativo de El Tigre, en Anzoátegui, había construido un respetable récord de 25- 4- 2 con 23 KO, pero nunca estuvo en control de esta pelea. Y ¡Si no pegas no puedes hacer daño! El japonés nunca perdió la calma y le hizo una pelea inteligente teniendo siempre en cuenta donde estaba ubicado ¡Jamás se expuso al poder del venezolano! Nunca estuvo en peligro. Mientras el japonés lo estuvo punteando todo el tiempo con su derecha en jab, Barroso en cambio se abstuvo de jabear; delicado, porque el jab es como un faro de luz que orienta en la oscuridad. Con mucha pena, pero hay que decir que Barroso mostró bastante torpeza y lentitud en este combate, y que el japonés se mantuvo siempre fuera del alcance de su rival; lo giró, lo bailó y lo mantuvo a raya. Sobre todo, en los pocos momentos en los que Barroso se animó y se puso agresivo, en esos momentos el juego de piernas de Hiraoka hizo el trabajo. En el sexto round del inusual combate, fue la primera caída de Barroso, aunque, la verdad, fue más una pérdida de equilibrio que el golpe que le asestó Hiraoka, casi un empujón.

PELEA DE UNA SOLA CALLE

En el 7mo round de esa pelea el asiático insistió en puntear con su derecha, y cuando se dio cuenta que lo había tocado le lanzó sus mejores golpes con toda la intención de hacer daño. Al final del round lo sacudió de lo lindo y podría decirse que a Barroso lo salvó la campana.

Sinceramente, dio la impresión de que Barroso no estaba acostumbrado ni mucho menos preparado para enfrentar a otro zurdo. Se le vio pegar muy pocos golpes, y ninguno noble. El asiático podía anticipar todos sus ataques y Barroso a ratos se ponía a dar brinquitos en su mismo sitio, algo que sólo hace un boxeador cuando no tiene ninguna idea a desarrollar. No obstante, el japonés lució un moretón debajo del ojo derecho. Señal de que aún sin haberle pegado bien, de todos modos, Barroso le dejó su huella distintiva. Un recuerdito, pues.

En el 9no round Hiraoka ya no quiso retroceder más y sólo iba hacia adelante. Entonces en una fuerte combinación cuando el venezolano estaba acorralado contra las cuerdas, lo pescó con varios golpes secos y lo tiró de nuevo. Barroso se paró dando tumbos, pero el japonés lo acosó sin piedad y aunque no lo volvió a castigar con demasiada reciedumbre aparente, el venezolano volvió a caer y esta vez la potencia del afronipón lo llevó de finiquito a la lona cuando sólo faltaban unos segundos para la campana final del 9no. Francamente, permitir que prosiguiera esta desigual lucha no iba a ser correcto por parte del arbitraje. Nada más que agregar, sólo que cada vez parece estar más cerca el momento de decir ¡Basta! Fistiana no permite muchas libertades. Ni siquiera a los que parecieran persistir pese a los elementos del crono.