Prensa/Jabeando/05-02-2025.- Como boxeador duró apenas 4 años, pero su capacidad por impartir decisiones en el cuadrilátero lo llevó a tomar el camino del arbitraje, que para Armando José Villa Chirinos lo ha ubicado en uno de los mejores árbitros a nivel internacional, al punto que este sencillo, pero talentoso deportista del sector San Nicolás de Coro, es el único árbitro en Venezuela que posee la distinción de «Juez Árbitro Internacional 3 Estrellas» que obtuvo en 2009.
Como atleta 1979-1983, bajo la dirección de «Cachicamo» Molina y Benigno Iglesias, pero en los Juegos Nacionales Juveniles de 1983 tuvo la oportunidad de realizar el curso para árbitro de boxeo, avalado por la FVB presidida por Eduardo León, y los instructores Ulises Rodríguez y Ananías Guanipa.
Su primer evento nacional como árbitro en 1986, enviado por Henry Hurtado, al Campeonato Nacional Junior en Maturín. Confiesa que no quiso ser entrenador. Siguió trabajando y en 1998 realiza el Curso Internacional para Árbitro Continental en ocasión de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Maracaibo, donde fue certificado. Nuevamente Henry Hurtado que lo impulsó realizar esa preparación.
Su primer evento internacional fue el Torneo «Cheo Aponte» en Puerto Rico en 2006. «Me sentí muy orgulloso y satisfecho de realizar ese trabajo y me enorgullece representar a mi país y a Falcón», confesó. Sin embargo, el evento internacional avanzado fue en 2007 en Nicaragua donde realizó el Curso de Juez Árbitro Internacional, y dos años después fue invitado por la AIBA al Campeonato Mundial en Milán, Italia, donde fue certificado como juez árbitro internacional 3 Estrellas, única distinción que posee un árbitro en Venezuela.
Ha asistido a Juegos Bolivarianos, Centroamericanos, Juegos Suramericanos, tiene 4 Panamericanos, además de 7 Campeonatos Mundiales y actuado en cuatro Clasificatorios a Olimpiadas y ha actuado en los cinco Continentes del Mundo.
«Mi familia y mis hijos se sienten orgullosos del trabajo que he realizado y haber representado dignamente a mi país, es lo que me ha dejado el ser árbitro».